20 abril 2021 2:45

Cómo abrir una cuenta corriente conjunta

Abrir una cuenta bancaria conjunta es un gran paso para muchas parejas. Para algunos, sucede cuando se mudan juntos, se comprometen o se casan. Otras veces, las parejas mantienen sus finanzas separadas al principio y luego deciden que quieren mezclar su dinero. (Y a veces, incluso las parejas casadas optan por mantener todas sus cuentas separadas).

Para las personas que comparten gastos, a menudo es más fácil y práctico tener al menos parte de su dinero en cuentas compartidas, lo que hace que sea conveniente pagar gastos conjuntos como vivienda, comida y otras facturas regulares. Si bien las parejas también suelen compartir cuentas de ahorro e inversión, una cuenta corriente conjunta puede ser un buen lugar para comenzar.

Conclusiones clave

  • Las parejas, los padres con adolescentes e hijos adultos con padres ancianos pueden beneficiarse de las comodidades de una cuenta corriente conjunta.
  • Abrir una cuenta conjunta es similar a abrir una cuenta personal y requerirá información de ambos socios.
  • Puede tener sentido conservar cuentas corrientes individuales, así como compartir una cuenta corriente conjunta.

¿Quién debería abrir una cuenta corriente conjunta?

Las parejas (casadas o no) que están comprometidas a largo plazo son buenas candidatas para cuentas conjuntas. Debe confiar plenamente en la persona con la que abre una cuenta conjunta, ya que cada titular de la cuenta tiene acceso completo al dinero que tiene la cuenta. Eso significa que cualquiera de las dos personas podría retirar dinero o incluso vaciar la cuenta y cerrarla sin el consentimiento de la otra persona.

Este acceso equitativo es útil durante una enfermedad u otros momentos de crisis;por ejemplo, si uno de los titulares de la cuenta se enferma, el otro puede acceder a los fondos y pagar las facturas médicas, así como mantener el hogar en funcionamiento. Y si una persona muere, la otra tendrá acceso continuo a esos fondos conjuntos sin necesidad de tratar con un testamento, un tribunal de sucesiones o un abogado, siempre que la cuenta tenga el derecho de supervivencia.

Las parejas de recién casados ​​que administran dinero juntas no son las únicas personas que se beneficiarán de una cuenta conjunta. Los padres y los adolescentes, así como los hijos adultos que cuidan de sus padres ancianos, pueden querer considerar una cuenta corriente conjunta. El padre de un adolescente puede monitorear la actividad de la cuenta de su hijo y depositar dinero en su nombre. Y los cuidadores de adultos mayores o enfermos pueden acceder fácilmente a fondos para pagar la atención.

Cómo abrir una cuenta corriente conjunta

Abrir una cuenta corriente conjunta es muy similar a abrir una cuenta corriente individual. Seleccione «cuenta conjunta» cuando complete su solicitud o, después de completar la información de una persona, elija agregar un co-solicitante.

Es posible que ambas personas necesiten su número de Seguro Social, fecha de nacimiento, dirección postal, identificación con foto e información de las cuentas que planea usar para financiar su nueva cuenta. Otra opción es agregar un socio a la cuenta existente del otro socio.



En una cuenta bancaria conjunta, cada titular de la cuenta está asegurado por la FDIC. Eso significa que el seguro total de la cuenta es más alto que el de una cuenta individual.

Cosas para considerar

Gestionar el dinero en pareja requiere una comunicación clara y expectativas. Es importante discutir cómo depositará dinero en la cuenta y usará el dinero una vez que esté allí, idealmente antes de abrir la cuenta. Recuerde, cada persona puede acceder a fondos conjuntos y hablar con el banco sin notificar a la otra persona. Además, cualquier dinero en una cuenta conjunta puede volverse vulnerable si una persona tiene deudas impagas, ya que los acreedores pueden, en algunos casos, buscar dinero en la cuenta conjunta.

Mantener algo de dinero separado

Abrir una cuenta corriente conjunta no significa que deba cerrar sus cuentas individuales. Muchas parejas mantienen cuentas individuales para gastos personales, así como cuentas conjuntas para gastos domésticos y otros gastos conjuntos. En algunos casos, cada socio aporta una suma igual a la cuenta cada mes. O bien, cada persona contribuye con un porcentaje igual de su salario neto. Cualquiera que sea el camino que elija, asegúrese de establecer claramente las expectativas tanto para los depósitos como para los retiros.