19 abril 2021 23:41

Estrategia competitiva ofensiva

¿Qué es una estrategia competitiva ofensiva?

Una estrategia competitiva ofensiva es un tipo de estrategia corporativa que consiste en intentar activamente buscar cambios dentro de la industria. Las empresas que pasan a la ofensiva generalmente realizan adquisiciones e invierten mucho en investigación y desarrollo (I + D) y tecnología en un esfuerzo por mantenerse por delante de la competencia. También desafiarán a los competidores cortando mercados nuevos o insuficientemente atendidos, o enfrentándose cara a cara con ellos.

Las estrategias competitivas defensivas, en cambio, están destinadas a contrarrestar las estrategias competitivas ofensivas.

Conclusiones clave

  • Las estrategias competitivas ofensivas buscan dar forma a una industria a través de los primeros movimientos y otros movimientos agresivos.
  • Esta puede ser una estrategia costosa, ya que puede incluir fusiones y adquisiciones, inversión en I + D y protección de la propiedad intelectual.
  • Las estrategias ofensivas pueden contrastarse con las defensivas, que en cambio se enfocan en establecer un amplio foso mediante la construcción de lealtad a la marca, ofreciendo productos de alta calidad y servicio al cliente.

Comprensión de las estrategias competitivas ofensivas

Se pueden emplear varias técnicas y estrategias, ya sea solas o como parte de un esfuerzo concertado para crear una estrategia competitiva ofensiva. Las empresas pueden incluso emplear estrategias completamente diferentes en diferentes lugares o mercados. Por ejemplo, considere cómo una empresa global de refrescos puede reaccionar ante un competidor en su mercado local maduro en comparación con cómo reaccionaría ante un competidor de nueva creación en un mercado emergente. Tal variabilidad puede conducir a algunas estrategias ofensivas complejas, e incluso a la incorporación de algunas estrategias defensivas como parte de un esfuerzo ofensivo.

La estrategia competitiva ofensiva más extrema es cuando las empresas buscan activamente adquirir otras empresas para impulsar el crecimiento o limitar la competencia. Estas empresas a menudo se consideran de mayor riesgo que las defensivas porque es más probable que estén totalmente invertidas o apalancadas, lo que podría resultar problemático en caso de una desaceleración o dislocación del mercado. Una característica de todas las estrategias ofensivas es que tienden a ser caras.

Tipos de estrategia competitiva ofensiva

Hay varios tipos de estrategias competitivas ofensivas, cada una con sus propias ventajas y desventajas.

  • Una «estrategia final» evita la competencia directa y, en cambio, busca explotar mercados intactos o segmentos, grupos demográficos o áreas desatendidos.
  • Una «estrategia preventiva» es simplemente la ventaja natural que tiene una empresa cuando es la primera en servir a un mercado o grupo demográfico en particular. Desmontarlo puede ser excepcionalmente difícil. También conocida como ventaja del » primero en moverse «.
  • Una «estrategia de ataque directo» es más agresiva que la carrera final o las estrategias competitivas ofensivas preventivas. Dicha estrategia puede implicar comparaciones con productos o empresas de la competencia que no son halagadores, una guerra de precios o incluso una competencia en cuanto a quién puede introducir nuevas características de productos a un ritmo más rápido. El ataque directo también puede tomar prestadas tácticas de las estrategias enumeradas anteriormente, todo con el objetivo de hacerse cargo de la conversación pública a través de campañas de marketing.
  • Una » estrategia de adquisición » busca eliminar a un competidor comprándolo. Como tal, es una estrategia empleada por el competidor más rico o mejor capitalizado. Esta estrategia ofrece la ventaja de incorporar instantáneamente nuevos mercados, bases de clientes o inteligencia corporativa. Dado que es una estrategia tan cara, debe usarse con prudencia y teniendo en cuenta la posibilidad de que existan normas corporativas antimonopolio o leyes de competencia locales.

Estrategias defensivas

Algunos ejemplos de estrategias defensivas incluyen:

  • Una guerra de precios, en la que una empresa se compromete a igualar o superar a un competidor en precio.
  • Añadiendo más funciones para mantenerse por delante de la competencia.
  • Ofreciendo un mejor servicio o garantías que hablan de tener mejores productos.
  • Publicidad y marketing más para crear conciencia sobre productos o servicios mejorados.
  • Asociarse con proveedores o minoristas para excluir o limitar el acceso a la competencia.
  • Contrarrestar un movimiento de un competidor, como cuando uno ingresa al mercado interno de una empresa ingresando a su propio mercado interno.
  • Estrategias defensivas ante una toma de poder hostil, de las que hay varias.