Neutralidad emocional
¿Qué es la neutralidad emocional?
La neutralidad emocional es el concepto de eliminar la codicia, el miedo y otras emociones humanas de las decisiones financieras o de inversión. El objetivo de la neutralidad emocional es eliminar la emoción del proceso de tomar decisiones financieras objetivas, de modo que se pueda tomar la mejor decisión posible, independientemente de las emociones que esas decisiones puedan desencadenar.
Conclusiones clave
- La neutralidad emocional se refiere a la toma de decisiones racional, donde las emociones humanas como la codicia y el miedo se eliminan de las decisiones financieras y de inversión.
- Algunos inversores adoptan una estrategia contraria; compran cuando otros venden y viceversa.
Comprender la neutralidad emocional
La hipótesis del mercado eficiente supone que los inversores incorporan toda la información relacionada con una acción al tomar decisiones relacionadas con ella. Investigaciones recientes han argumentado en contra de esta hipótesis. Por ejemplo, el destacado economista Robert Shiller afirmó en su libro Irrational Exuberance que uno de los factores responsables del repunte de las acciones tecnológicas durante la burbuja de las punto com en el cambio de milenio fue el estado emocional de los inversores.
El concepto de neutralidad emocional surge de la reacción humana típica a las ganancias y pérdidas: los inversores suelen estar contentos cuando sus operaciones producen ganancias y descontentos cuando sus operaciones producen pérdidas. Si los inversores pueden eliminar el impacto que sus emociones tienen en sus decisiones comerciales, los defensores de la neutralidad emocional afirman que hacerlo redundará en un mejor rendimiento comercial.
Sin embargo, en la economía del comportamiento, esta teoría asume que las personas, dadas sus preferencias y limitaciones, son capaces de tomar decisiones racionales sopesando efectivamente los costos y beneficios de cada opción disponible para ellos.
Aplicaciones de neutralidad emocional
Llevando las cosas un paso más allá, algunos inversores adoptan lo que se llama una estrategia contraria, en la que intentan comprar valores cuando todos los demás los están vendiendo y vender valores cuando todos los demás los están comprando. El fundamento de esta estrategia es que si los inversores no son emocionalmente neutrales, sus emociones afectarán sus decisiones comerciales y, por lo tanto, sobrevaluarán o sobrevaluarán los valores, creando una oportunidad de lucro para los operadores contrarios.
Cuando existe un sentimiento pesimista generalizado sobre una acción, puede hacer que el precio baje tanto que las caídas y los riesgos de las acciones de la compañía sean exagerados. Esta teoría contradice la economía clásica, donde se asume que la persona racional tiene autocontrol y no se conmueve ante las emociones ni los factores externos y, por tanto, sabe lo que es mejor para sí mismo.
Sin embargo, la economía del comportamiento, basada en la psicología y la economía, explica que los humanos no son racionales y son incapaces de tomar buenas decisiones, lo que genera oportunidades de mercado.
Averiguar qué acciones en dificultades comprar y venderlas una vez que la empresa se recupere, aumentando así el valor de las acciones, es la principal jugada para los inversores contrarios. Esto puede hacer que los valores generen ganancias mucho más altas de lo habitual. Sin embargo, ser demasiado optimista con las acciones publicitadas puede tener el efecto contrario.
Ejemplo de neutralidad emocional
Suponga que la acción ABC no ha tenido un buen desempeño durante los últimos seis meses aproximadamente. Sus ganancias han estado en declive y la opinión de consenso de la mayoría de los analistas que lo cubren es mixta. Los pantalones cortos contra la acción se han disparado al igual que la prensa negativa. El total de esta negatividad es que el precio de las acciones de ABC se ha desplomado en más del 10% durante este período de tiempo. Pero ABC es líder en una industria incipiente que tiene brillantes perspectivas de futuro.
Un inversor impulsado por las emociones con participaciones en ABC podría ponerse nervioso con la caída de la acción. Podría ver la trayectoria descendente de ABC y las noticias negativas como señales de que es hora de una venta.
Un inversor emocionalmente neutral, sin embargo, podría mirar el mercado en general y evaluar los pros y los contras de tener acciones.
Por ejemplo, podría considerar los plazos involucrados y si tiene sentido hacer una mayor inversión en ABC a largo plazo. También podría mirar informes de noticias y analizar la causa raíz de una caída en el precio de ABC. La caída del precio podría ser simplemente una corrección saludable en las acciones de ABC.
O podría deberse a cuellos de botella regulatorios que se espera que se alivien en el futuro. De cualquier manera, el inversionista emocionalmente neutral basará su decisión en los hechos disponibles, en lugar de seguir al rebaño.