19 abril 2021 18:39

Neutralidad fiscal

¿Qué es la neutralidad fiscal?

La neutralidad fiscal se refiere a un principio u objetivo de las finanzas públicas según el cual las decisiones fiscales (impuestos, gastos o préstamos) de un gobierno pueden o deben evitar distorsionar las decisiones económicas de empresas, trabajadores y consumidores. Se puede considerar que un cambio de política es neutral para la economía en un sentido macro o microeconómico (o en ambos). En un sentido macroeconómico, la idea de una política fiscalmente neutral es aquella en la que la demanda no se ve estimulada ni disminuida por los impuestos y el gasto público. En un sentido microeconómico, una política que muestra neutralidad fiscal no incentiva (alienta o desalienta) ningún tipo de transacción o comportamiento económico en relación con otros. La neutralidad fiscal también puede referirse estrictamente al impacto presupuestario de un cambio de política en el sentido de que no aumenta ni disminuye un déficit o superávit presupuestario proyectado.

Conclusiones clave

  • La neutralidad fiscal se da cuando una decisión de imposición, gasto o endeudamiento del gobierno no tiene o tiene la intención de tener un efecto neto en la economía.
  • Los cambios de política pueden considerarse neutrales en su impacto macroeconómico o microeconómico, o en ambos.
  • La neutralidad fiscal también puede referirse estrictamente al impacto presupuestario de un determinado cambio de política.

Cómo funciona la neutralidad fiscal

Dado que el término neutralidad fiscal se puede aplicar en varios sentidos diferentes, es importante comprender el contexto y el propósito para el que se utiliza para comprender su significado.

Neutralidad presupuestaria

La neutralidad presupuestaria estricta es cuando un cambio de política no da como resultado ningún cambio neto en el saldo presupuestario total de una entidad gubernamental. Se espera que cualquier nuevo gasto introducido por un cambio de política que sea fiscalmente neutral en este sentido sea completamente compensado por los ingresos adicionales generados; el efecto neto del cambio de política es neutral con respecto al saldo del presupuesto del gobierno.

Por ejemplo, una política para otorgar créditos fiscales para la compra de automóviles nuevos, junto con un aumento en el impuesto a la gasolina, podría ser fiscalmente neutral si el aumento de impuestos es suficiente para pagar el costo de los créditos fiscales.

Esto puede considerarse una característica deseable y puede aumentar las posibilidades de que un cambio de política sea aceptado y se convierta en ley. Las reglas legislativas de reparto podrían alentar o incluso exigir que algunas o todas las nuevas medidas políticas sean fiscalmente neutrales en este sentido.

Neutralidad macroeconómica

En el ámbito de la política fiscal macroeconómica, se fomenta el gasto público deficitario o los superávits presupuestarios como medio para aumentar o disminuir la demanda agregada en la economía a fin de estabilizar el crecimiento macroeconómico y evitar recesiones. Una situación en la que el gasto supera los ingresos generados por los impuestos se denomina déficit fiscal y requiere que el gobierno pida dinero prestado para cubrir el déficit. Cuando los ingresos fiscales superan el gasto, se produce un superávit fiscal y el dinero excedente puede invertirse para uso futuro.

Un presupuesto equilibrado es un ejemplo de neutralidad fiscal, donde el gasto público está cubierto casi exactamente por los ingresos fiscales; en otras palabras, donde los ingresos fiscales son iguales al gasto público. La neutralidad fiscal en este sentido significa que la política fiscal general del gobierno es neutral con respecto a la demanda agregada en la economía. Debido a que el gobierno no tiene superávit ni déficit presupuestario, según la economía keynesiana este tipo de política fiscal no expandirá ni contraerá la demanda agregada.

Continuando con el ejemplo de un crédito fiscal para automóviles junto con un aumento en los impuestos a la gasolina, está claro que dicha política también es fiscalmente neutral en un sentido macroeconómico, siempre que el aumento de la demanda de automóviles nuevos se compense con la disminución de la demanda de gasolina, por lo que no se crea una red neta. cambio en la demanda agregada.

Neutralidad microeconómica

En un sentido microeconómico, la neutralidad fiscal se centra en la idea de que la política gubernamental puede influir en el comportamiento económico individual. Una política fiscal neutral en sentido es aquella que deja a los individuos para que decidan trabajar, consumir, ahorrar, invertir o participar en otras acciones económicas inalteradas.

Este tipo de neutralidad fiscal se enfoca en diseñar mecanismos de tributación porque nunca es posible que el gasto público no influya en el comportamiento microeconómico. Cuando un gobierno gasta dinero para comprar bienes y servicios reales, necesariamente influye en los precios de esos bienes y servicios y los elimina de la disponibilidad en el mercado u otros usuarios y usos, alterando así el comportamiento de otros participantes del mercado.

Una vez más, continuando con el ejemplo anterior (un crédito fiscal para automóviles y compensación del impuesto a la gasolina), esta política definitivamente no es fiscalmente neutral en un sentido microeconómico, porque influye en los consumidores para cambiar su comportamiento económico comprando más automóviles nuevos y pagando precios más altos por gasolina.