Los pros y los contras de una política fiscal progresiva
Es probable que quienes se oponen a una jerarquía fiscal progresiva sean los que paguen más impuestos cuando se aplique dicha política. Una política fiscal progresiva requiere que las personas con ingresos y riqueza más altos paguen impuestos a una tasa más alta que aquellos con ingresos más bajos. Es justo decir que quienes son más ricos y con mayores ingresos se oponen a esta política, pero no siempre es así.
Hay muchos argumentos en contra de tal política. Una es que divide a las personas en categorías que las hacen desiguales. También se considera una forma desigual de representar a los ciudadanos de una nación. Muy pocas personas son extremadamente ricas y la mayoría de las personas que tienen el poder para poner representantes en el gobierno pertenecen a la clase media o en posiciones económicas más bajas. Los ricos pagan mucho en términos de dinero que se destina a dirigir el gobierno, pero tienen muy poco que decir porque son muy pocos los que colocan representantes en el Congreso o en el organismo de gobierno que establece las políticas en sus respectivos países.
Una jerarquía fiscal progresiva suena como si pudiera ahorrar dinero a los más pobres al principio, ya que no están pagando casi tanto en impuestos; sin embargo, los opositores argumentan que lo contrario es a menudo cierto y los impuestos progresivos llevan a que las personas ahorren menos dinero. Como cualquier política del gobierno que influya en la política fiscal, los impuestos son complicados y nunca en blanco y negro. Las personas más ricas encuentran formas de evitar pagar más de lo previsto por el gobierno, lo que puede llevar a que se destine menos dinero a proyectos para mejorar el país.