No hay nada como un almuerzo gratis (TANSTAAFL)
¿Qué no existe tal cosa como un almuerzo gratis (TANSTAAFL)?
«No hay almuerzo gratis» (TANSTAAFL), también conocido como «No hay almuerzo gratis» (TINSTAAFL), es una expresión que describe el costo de la toma de decisiones y el consumo. La expresión transmite la idea de que las cosas que parecen gratis siempre tienen algún costo pagado por alguien, o que nada en la vida es realmente gratis.
Un almuerzo gratis se refiere a una situación en la que la persona que recibe los bienes o servicios no incurre en ningún costo, pero los economistas señalan que incluso si algo fuera realmente gratis, existe un costo de oportunidad en lo que no se toma.
Conclusiones clave
- «No existe tal cosa como un almuerzo gratis» (TANSTAAFL) es una frase que describe el costo de la toma de decisiones y el consumo.
- TANSTAAFL sugiere que las cosas que parecen ser gratuitas siempre tendrán algún costo oculto o implícito para alguien, incluso si no es la persona que recibe el beneficio.
- Al invertir, comprar letras del Tesoro es un ejemplo de alguien que piensa que está obteniendo un buen negocio por muy poco. Pero la compensación en la compra de bonos del Tesoro es el costo de oportunidad de no invertir en valores de mayor riesgo y mayor recompensa a lo largo del tiempo.
Cómo actúa TANSTAAFL
Es importante considerar el concepto de TANSTAAFL al tomar varios tipos de decisiones, ya sean financieras o de estilo de vida. El concepto puede ayudar a los consumidores a tomar decisiones más sabias al considerar todos los costos indirectos y directos y las externalidades.
En economía, TANSTAAFL describe el concepto de costos de oportunidad, que establece que por cada elección realizada, existe una alternativa no elegida que también habría producido alguna utilidad. La toma de decisiones requiere compensaciones y asume que no existen ofertas gratuitas reales en la sociedad. Por ejemplo, los productos y servicios que se regalan (gratis) a las personas son pagados por la persona que entrega el regalo. Incluso cuando no hay nadie que asuma los costos directos, la sociedad soporta la carga, como en el caso de las externalidades negativas como la contaminación.
Los inversores deben ser particularmente cautelosos con un almuerzo aparentemente gratis cuando se trata de inversiones que prometen un flujo de pagos fijos bastante altos durante un período de varios años con un riesgo supuestamente bajo. Muchas de estas inversiones siguen cargadas con tarifas ocultas, algunas de las cuales pueden no ser completamente comprendidas por los inversores. En general, cualquier inversión que prometa un rendimiento garantizado no es un almuerzo gratis porque hay algún costo implícito en alguna parte, incluido el costo de oportunidad de no invertir en otra parte.
También está el costo implícito relacionado con riesgos invisibles. Algunas casas de bolsa comercializaron fuertemente valores respaldados por hipotecas ( MBS ) como un aparente almuerzo gratis a principios de la década de 2000. Estas inversiones se describieron como inversiones muy seguras, con calificación AAA, respaldadas por un grupo diversificado de hipotecas. Sin embargo, la crisis de la vivienda en los EE. UU. Expuso el verdadero riesgo subyacente de estas inversiones, así como un sistema de calificación defectuoso que clasificaba los conjuntos de préstamos como AAA, incluso cuando muchos de los préstamos subyacentes tenían riesgos de incumplimiento muy sustanciales.
Incluso los productos y servicios que se ofrecen a las personas de forma gratuita no son realmente gratuitos; una empresa, gobierno o individuo paga en última instancia el costo.
Historia del concepto TANSTAAFL
Se cree que el concepto de TANSTAAFL se originó en los salones estadounidenses del siglo XIX, donde los clientes recibían almuerzos gratis con la compra de bebidas. De la estructura básica de la oferta se desprende que hay un costo implícito asociado al almuerzo gratis: la compra de una bebida.
Sin embargo, existen costos adicionales ocultos que resultan del consumo del almuerzo gratis. Debido a que los almuerzos tenían un alto contenido de sal, los clientes se sintieron atraídos a comprar más bebidas. De modo que las tabernas ofrecían almuerzos gratis a propósito con la expectativa de que generarían suficientes ingresos en bebidas adicionales para compensar el costo del almuerzo. La propuesta de un bien o servicio gratis con la compra de otro bien o servicio es una táctica contradictoria que todavía utilizan muchas empresas para atraer clientes.
TANSTAAFL ha sido referenciado históricamente muchas veces en una variedad de contextos diferentes. Por ejemplo, en 1933, el ex alcalde de la ciudad de Nueva York Fiorello H. La Guardia usó la frase italiana “ È finita la cuccagna!” ( Que se traduce como “no más almuerzos gratis”) en su campaña contra el crimen y la corrupción. También se pueden encontrar referencias populares a la frase en «The Moon Is a Harsh Mistress» de Robert Heinlein, así como en el libro de Milton Friedman «No hay tal cosa como un almuerzo gratis».
Ejemplos de TANSTAAFL
En diferentes disciplinas (por ejemplo, economía, finanzas, estadísticas, etc.), TANSTAAFL tiene diferentes connotaciones. Por ejemplo, en ciencia, se refiere a la teoría de que el universo es un sistema cerrado. La idea es que una fuente de algo (por ejemplo, materia) proviene de un recurso que se agotará. El costo del suministro de materia es el agotamiento de su fuente.
En los deportes, TANSTAAFL se usó para describir los costos de salud asociados con ser excelente en un deporte, como «sin dolor, no hay ganancia». A pesar de los diferentes significados, el factor común es el costo.
Para las inversiones, TANSTAAFL ayuda a explicar el riesgo. Las letras del Tesoro (letras del Tesoro), los pagarés y los bonos ofrecen un rendimiento casi libre de riesgos; sin embargo, el costo de oportunidad de invertir en uno de estos instrumentos es la oportunidad perdida de invertir en una inversión alternativa más riesgosa. A medida que un inversor se mueve más alto en el espectro de riesgo, la frase TANSTAAFL se vuelve aún más relevante a medida que los inversores proporcionan capital con la esperanza de lograr ganancias mayores que las que obtienen los valores menos riesgosos; sin embargo, esta elección asume el costo de que las perspectivas de crecimiento no se logren y se pierda la inversión.