Paradoja de la racionalidad
¿Cuál es la paradoja de la racionalidad?
La paradoja de la racionalidad es la observación, en la teoría de juegos y la economía experimental, que los jugadores que toman decisiones irracionales o ingenuas a menudo reciben mejores recompensas y que quienes toman las decisiones racionales predichas por la inducción hacia atrás a menudo obtienen peores resultados. Una paradoja de la racionalidad parece mostrar que la irracionalidad tiene beneficios o, al menos, el comportamiento aparentemente irracional. Es común que los juegos tengan equilibrios de Nash, que producen resultados generales que dejan a los jugadores en una situación peor de lo que podrían haber estado si hubieran elegido estrategias individuales menos racionales. Cuando los jugadores no alcanzan la solución de equilibrio esperada, sugiere que está en juego algo más que una elección individual puramente racional.
Conclusiones clave
- Una paradoja de la racionalidad ocurre cuando la estrategia individualmente racional de un juego produce un resultado que es menos deseable para los jugadores que si hubieran tomado decisiones menos racionales individualmente. Una paradoja de la racionalidad parece mostrar que la irracionalidad tiene beneficios.
- Una paradoja de la racionalidad sugiere que está en juego algo más que una elección individual racional. O las elecciones que se toman son de alguna manera no completamente racionales, en cierto sentido no son elecciones completamente individuales, o alguna combinación de las dos.
- Los economistas han desarrollado varias líneas de investigación que pueden ayudar a explicar cómo y por qué el comportamiento difiere de la perfecta racionalidad de la teoría de juegos, incluida la economía del comportamiento, la nueva economía institucional y la economía evolutiva.
Comprender la paradoja de la racionalidad
La paradoja de la racionalidad se observa constantemente en estudios experimentales de teoría de juegos que utilizan juegos tan conocidos como el dilema del prisionero, el dilema del viajero, el dilema del comensal, el juego del bien público y el juego del ciempiés, y subraya las contradicciones entre la intuición y el razonamiento. y entre las predicciones de la teoría de la elección racional y el comportamiento real.
Tal comportamiento aparentemente irracional puede conducir a resultados que no pueden ser explicados por teorías que se basan únicamente en la elección racional individual. Que las personas no siempre se comporten de manera racional es un desafío a las teorías económicas y financieras tradicionales, que asumen la racionalidad individual. Por ejemplo, la teoría de los bienes públicos, que justifica gran parte de las políticas públicas, predice que los individuos consumirán racionalmente tanto como puedan de cualquier bien público disponible, pero que nadie pagará por él ni lo producirá. Sin embargo, los experimentos (y la experiencia del mundo real) muestran que a menudo este no es el caso.
Los intentos de explicar estos resultados siguen dos enfoques principales. Algunos los ven como un desafío a la racionalidad de la elección individual y argumentan que los sesgos cognitivos deben estar en juego para inducir a las personas a elegir de manera irracional. Otros modifican la individualidad de la elección racional en un contexto social y argumentan que las instituciones sociales formales e informales median la elección individual.
Conducta economica
La economía del comportamiento considera explícitamente los factores psicológicos en las decisiones individuales. Varios sesgos cognitivos, estados emocionales o un simple razonamiento defectuoso son la causa fundamental del comportamiento observado que varía de la elección racional de la teoría del juego. Los sujetos carecen de la capacidad racional para llegar a la estrategia de equilibrio o están guiados por sesgos inconscientes que se originan en procesos mentales, emociones o hábitos de comportamiento no racionales. En algunos casos, se han desarrollado nuevos modelos que adaptan la lógica de la teoría de juegos tradicional para reflejar este tipo de preferencias de quienes toman las decisiones.
Nueva economía institucional
La nueva economía institucional sugiere que las influencias sociales en la elección económica individual son casi ubicuas. Con la excepción de un náufrago en una isla desierta, las decisiones económicas ocurren rutinariamente dentro del contexto de múltiples capas de organizaciones e instituciones económicas colectivas, incluidos hogares, familias, empresas comerciales, clubes y organizaciones políticas.
La elección racional en un escenario teórico de juegos libre de contexto podría ser muy diferente de la elección racional que hará un individuo real acostumbrado a un cierto conjunto de reglas y normas de comportamiento institucionales formales e informales. La consideración del marco institucional específico del individuo introduce una especie de meta-racionalidad que está orientada, ya sea por diseño o por orden espontáneo, a lograr resultados más beneficiosos para todos los miembros del grupo. Los sujetos experimentales inevitablemente traen consigo este “bagaje” cuando participan en juegos y eligen estrategias que reflejan los arreglos institucionales que comprenden y están condicionados a seguir.
Economía evolutiva
La economía evolutiva cierra la brecha entre estos campos en el sentido de que se basa en la biología evolutiva y la psicología evolutiva para explicar las desviaciones de la elección racional individual. Según la economía evolutiva, los individuos exhiben los sesgos cognitivos descritos por la economía conductual y desarrollan los marcos formales e informales estudiados por la nueva economía institucional debido a presiones evolutivas selectivas que producen una respuesta adaptativa. Los sesgos cognitivos y las instituciones económicas que explican las paradojas de la racionalidad son estrategias evolutivas grupales que pueden adaptarse específicamente para superar esos equilibrios teóricos de juegos racionales individualmente que son perjudiciales para el grupo.