Desinflación
¿Qué es la desinflación?
La desinflación es una desaceleración temporal del ritmo de la inflación de precios y se utiliza para describir casos en los que la tasa de inflación se ha reducido marginalmente en el corto plazo.
Conclusiones clave
- La desinflación es una desaceleración temporal del ritmo de la inflación de precios y se utiliza para describir casos en los que la tasa de inflación se ha reducido marginalmente en el corto plazo.
- A diferencia de la inflación y la deflación, que se refieren a la dirección de los precios, la desinflación se refiere a la tasa de variación de la tasa de inflación.
- Es necesaria una buena cantidad de desinflación, ya que evita que la economía se sobrecaliente.
- El peligro que presenta la desinflación es cuando la tasa de inflación cae cerca de cero, como lo hizo en 2015, lo que aumenta el espectro de la deflación.
Entendiendo la desinflación
La desinflación es comúnmente utilizada por la Reserva Federal (Fed) para describir un período de desaceleración de la inflación y no debe confundirse con la deflación, que puede ser perjudicial para la economía. A diferencia de la inflación y la deflación, que se refieren a la dirección de los precios, la desinflación se refiere a la tasa de variación de la tasa de inflación.
La desinflación no se considera problemática porque los precios en realidad no bajan, y la desinflación no suele indicar el inicio de una economía en desaceleración. La deflación se representa como una tasa de crecimiento negativa, como -1%, mientras que la desinflación se muestra como un cambio en la tasa de inflación, digamos, del 3% un año al 2% el siguiente. La desinflación se considera lo opuesto a la reflación, que ocurre cuando un gobierno estimula una economía aumentando la oferta monetaria.
Es necesaria una cantidad saludable de desinflación, ya que representa una contracción económica y evita que la economía se sobrecaliente. Como tal, los casos de desinflación no son infrecuentes y se consideran normales en tiempos económicos saludables. La desinflación beneficia a ciertos segmentos de la población, como las personas que se inclinan a ahorrar sus ganancias.
Desencadenantes de la desinflación
Hay varias cosas que pueden hacer que una economía experimente desinflación. Si un banco central decide imponer una política monetaria más estricta y el gobierno comienza a vender algunos de sus valores, podría reducir la oferta de dinero en la economía, provocando un efecto desinflacionario.
Del mismo modo, una contracción en el ciclo económico o una recesión también pueden desencadenar la desinflación. Por ejemplo, las empresas pueden optar por no aumentar los precios para ganar una mayor participación de mercado, lo que lleva a la desinflación.
Desinflación desde 1980
La economía estadounidense experimentó uno de sus períodos de desinflación más largos desde 1980 hasta 2015.
Durante la década de 1970, el rápido aumento de la inflación llegó a conocerse como la » Gran Inflación «, con precios que aumentaron más del 110% durante la década. La tasa anual de inflación alcanzó un máximo del 14,76% a principios de 1980. Tras la implementación de políticas monetarias agresivas por parte de la Fed para reducir la inflación, el aumento de los precios se desaceleró en la década de 1980, subiendo solo un 59% durante el período. En la década de los noventa, los precios subieron un 32%, seguido de un aumento del 27% entre 2000 y 2009, y un aumento del 9% entre 2010 y 2015.
Durante este período de desinflación, las acciones tuvieron un buen desempeño, con un promedio de 8,65% en rendimientos reales entre 1982 y 2015. La desinflación también permitió a la Fed bajar las tasas de interés en la década de 2000, lo que llevó a los bonos a generar rendimientos superiores al promedio.
El peligro que presenta la desinflación es que cuando la tasa de inflación cae cerca de cero, como lo hizo en 2015, se plantea el espectro de la deflación. Aunque la tasa de inflación fue cercana a cero en 2015, las preocupaciones sobre la deflación se descartaron porque se atribuyó en gran medida a la caída de los precios de la energía. A medida que los precios de la energía se recuperaron en el período de 2016 a 2020, la tasa de inflación se recuperó un poco, con un promedio de 1.8% durante ese período, moderada en 2020 por la pandemia de Covid-19.