Comprensión del concepto de utilidad en microeconomía
Tabla de contenido
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- Los orígenes de Util
- Utilidad cardinal y ordinal
- Utilidad marginal
- La utilidad de la utilidad
- La línea de fondo
La utilidad es un tema suelto y, a veces, controvertido en microeconomía. En términos generales, la utilidad se refiere al grado de placer o satisfacción (o malestar eliminado) que un individuo recibe de un acto económico. Un ejemplo sería un consumidor que compra una hamburguesa para aliviar el hambre y disfrutar de una comida sabrosa, proporcionándole cierta utilidad.
Todos los economistas estarían de acuerdo en que el consumidor ha ganado utilidad al comerse la hamburguesa. La mayoría de los economistas estarían de acuerdo en que los seres humanos son, por naturaleza, agentes que maximizan la utilidad; los seres humanos eligen entre un acto u otro en función de la utilidad esperada de cada acto. La parte controvertida viene en la aplicación y medición de la utilidad.
Conclusiones clave
- La utilidad es un término en microeconomía que describe la satisfacción incremental recibida al consumir un bien o servicio.
- La utilidad cardinal intenta asignar un valor numérico a la utilidad de un acto económico, mientras que la utilidad ordinal simplemente proporciona un orden de rango.
- La utilidad marginal es un concepto importante para comprender cómo la adición de una unidad más cambia la satisfacción general.
- La utilidad es un concepto útil, pero es controvertido porque los seres humanos no son necesariamente maximizadores de utilidad racionales en la realidad.
Los orígenes de la utilidad
El desarrollo de la teoría de la utilidad comienza con una deducción lógica. Las transacciones voluntarias solo ocurren porque las partes negociadoras anticipan un beneficio (ex ante); la transacción no ocurriría de otra manera. En economía, «beneficio» significa recibir más utilidad.
Los economistas también dicen que los seres humanos clasifican sus actividades en función de la utilidad. Un trabajador elige ir a trabajar en lugar de omitirlo porque anticipa que su utilidad a largo plazo será mayor como resultado. Un consumidor que elige comer una manzana en lugar de una naranja debe valorar más la manzana y, por lo tanto, anticipa más utilidad de ella.
La utilidad se apoderó de la economía durante la revolución marginalista, que intentó formalizar y matematizar la economía basada en cambios incrementales. Debido a que los economistas de la corriente principal de hoy han adoptado una perspectiva de actor racional, donde sus modelos asumen que los individuos están impulsados por completo por la maximización de la utilidad por interés propio, el concepto de utilidad se ha destacado en microeconomía.
Utilidad cardinal y ordinal
La clasificación de la utilidad se conoce como utilidad ordinal. No es un tema controvertido; sin embargo, la mayoría de los modelos microeconómicos también utilizan la utilidad cardinal, que se refiere a niveles de utilidad medibles y directamente comparables.
La utilidad cardinal se mide en unidades llamadas «utils» para transformar lo lógico en empírico. La utilidad ordinal podría decir que, ex ante, el consumidor prefiere la manzana a la naranja. La utilidad cardinal podría decir que la manzana proporciona 80 utilidades mientras que la naranja solo proporciona 40 utilidades. Los economistas a veces emplean lo que se conoce como curva de indiferencia para dilucidar la utilidad cardinal de dos o más bienes en forma gráfica.
Utilidad marginal
La utilidad marginal mira la satisfacción adicional que alguien gana (o pierde) al consumir solo una unidad adicional de un bien o servicio. Por ejemplo, comer una hamburguesa cuando se tiene hambre es muy útil. Comer una segunda hamburguesa quizás sea un poco menos satisfactorio. Una tercera hamburguesa puede incluso reducir la utilidad, ya que ya está bastante lleno.
La ley de la utilidad marginal decreciente describe este efecto, en el que agregar una unidad más de algo generalmente da como resultado cada vez menos ganancias en la utilidad para el consumidor.
La utilidad de la utilidad
La teoría de la utilidad ha sido muy útil para comprender la acción económica de los individuos, los hogares y las empresas, pero solo en líneas generales. En realidad, la gente puede comerse una tercera hamburguesa por razones que eluden el supuesto del actor racional de los modelos económicos estándar. Por ejemplo, una hamburguesa sobrante puede considerarse un desperdicio de comida y, para evitar el desperdicio, se come. Esta evaluación más ética o cualitativa de la «utilidad» es difícil de captar en modelos o fórmulas matemáticos.
La economía del comportamiento también ha revelado una y otra vez cómo los actores económicos se desvían de las expectativas racionales en la vida cotidiana y no maximizan la utilidad. Además, el trabajo empírico muestra que las personas tienen preferencias inconsistentes. Si bien alguien puede preferir las manzanas a las naranjas esta semana, las naranjas de la próxima semana pueden ser lo que se anhela.
Como resultado de estos y otros factores, algunos han cuestionado la utilidad de la utilidad en la práctica.
La línea de fondo
Aunque ningún economista cree verdaderamente que la utilidad se pueda medir de esta manera, algunos todavía consideran que la utilidad es una herramienta útil en microeconomía. La utilidad cardinal coloca a los individuos en las curvas de utilidad y puede rastrear las disminuciones en la utilidad marginal a lo largo del tiempo. La microeconomía también realiza comparaciones interpersonales con una utilidad cardinal.
Otros economistas argumentan que ningún análisis significativo puede surgir de números imaginarios y que la utilidad cardinal —y las utilidades— es lógicamente incoherente.