Inversiones greenfield: beneficios y riesgos - KamilTaylan.blog
20 abril 2021 5:46

Inversiones greenfield: beneficios y riesgos

Las ventajas de las inversiones totalmente nuevas incluyen un mayor control de los inversores en relación con la inversión en un negocio local existente, así como la oportunidad de formar asociaciones de marketing y evitar costos de intermediación.

Los proyectos greenfield son solo una forma de realizar inversiones extranjeras directas (IED) y, a menudo, se utilizan para expandirse a mercados emergentes. Por lo general, involucran a una empresa matriz que establece una subsidiaria en el país extranjero. Coca-Cola y Starbucks son ejemplos de empresas multinacionales que han realizado numerosas inversiones totalmente nuevas en todo el mundo.1

Cuando importan las inversiones greenfield

La inversión greenfield es una alternativa a la inversión de cartera extranjera, en la que un individuo o una empresa simplemente compra acciones o bonos de una empresa existente. También es una alternativa a la inversión en zonas industriales abandonadas, en la que un inversor compra un negocio o instalación de producción existente.

Los inversores emprenden proyectos totalmente nuevos cuando no hay oportunidades de adquisición en el mercado objetivo o cuando la investigación de mercado muestra que hay poca competencia local en una línea de negocio en particular.

Conclusiones clave

  • Un proyecto totalmente nuevo ofrece al inversor un control total sobre la inversión extranjera directa.
  • Ese control incluye libertad para fijar precios y establecer una estrategia de marketing.
  • Los greenfields también evitan la necesidad de intermediarios y también pueden recibir exenciones fiscales.

Un medio de mayor control

Una empresa totalmente nueva proporciona al inversor control sobre el negocio de varias formas que probablemente no tendría si simplemente invirtiera en una empresa local existente. Una consiste en establecer una estrategia general, por ejemplo, determinando qué tipo de producto o servicios venderá y luego fijando las tasas de producción y el ritmo de expansión en el mercado objetivo.

Por ejemplo, el inversor puede decidir si quiere iniciar operaciones a pequeña escala y aumentar gradualmente su presencia o prepararse para un despliegue a gran escala de sus productos. Por lo general, no tendría tanta libertad de acción si invirtiera en un negocio local existente.

Las inversiones greenfield permiten una adaptación más fácil y eficaz al mercado exterior. El inversor puede adaptar tanto los productos como los precios a las condiciones locales y tiene un mayor control para garantizar la calidad del producto. Tener la propiedad completa de una subsidiaria permite al inversionista extender ofertas a clientes o clientes potenciales, como descuentos, reembolsos o garantías, según lo dicten las circunstancias del mercado.

Otros beneficios

Una presencia en el sitio también puede facilitar la adaptación de los esfuerzos de publicidad y marketing al entorno del mercado local, y la formación de asociaciones con empresas nativas para aumentar la penetración en el mercado.

También permite al inversor evitar casi por completo el costo de utilizar intermediarios como prestamistas u otros inversores. Dependiendo de las políticas económicas del país, las empresas también pueden beneficiarse de los incentivos fiscales del gobierno destinados a atraer inversión extranjera.

La baja

Las inversiones totalmente nuevas son una de las formas más riesgosas de IED. Algunos países prohíben por completo la IED en determinadas industrias políticamente sensibles.

Pero incluso donde está permitido, puede haber grandes barreras de entrada, como «requisitos de contenido local» que exigen que las empresas extranjeras utilicen componentes fabricados en el país o servicios suministrados en el país para hacer negocios.

Los proyectos greenfield generalmente tienen costos fijos altos, porque a menudo involucran la construcción de instalaciones desde cero (de ahí el término).

También son más vulnerables al riesgo político porque es más difícil desinvertir en una instalación de producción de propiedad total, por ejemplo, que vender una inversión de cartera pasiva en una empresa local.