19 abril 2021 18:46

Fluir de nuevo

¿Qué es Flowback?

Flowback describe el fuerte aumento de la presión de venta que los inversores ejercen sobre las acciones que cotizan en bolsa de una empresa en el país de emisión debido a una inminente fusión o adquisición transfronteriza. En algunas situaciones, los inversores extranjeros no tienen más remedio que vender sus acciones cuando la fusión da como resultado una inversión que ya no cumple con sus objetivos de inversión.

Flowback también puede referirse al derecho de un inversor de convertir un recibo de depósito estadounidense (ADR) en sus acciones representativas.

Conclusiones clave

  • Flowback es una mayor presión de venta debido a una fusión o adquisición transfronteriza.
  • La venta se produce porque es posible que los inversores no deseen realizar una nueva inversión extranjera o que la nueva empresa ya no cumpla con los criterios de inversión del inversor o del administrador del fondo.
  • El retroceso en los ADR también puede ocurrir en función de las discrepancias de precios cuando una empresa cotiza en más de una bolsa global. Los arbitrajistas venderán las acciones sobrevaloradas y comprarán las infravaloradas.

Entendiendo Flowback

El retroceso se produce cuando un valor experimenta una mayor presión de venta como resultado de una fusión transfronteriza inminente. Esto ocurre porque la empresa recién fusionada ya no estará domiciliada en uno de los países. Los inversionistas en el país en el que la empresa ya no residirá pueden vender sus acciones porque las acciones pronto representarán una inversión extranjera, en lugar de una nacional. Los administradores de fondos pueden verse obligados a vender sus acciones porque es posible que la empresa extranjera fusionada ya no cumpla con los criterios de cartera del fondo.

Por ejemplo, el fondo de índice tecnológico del país A solo se ocupa de acciones tecnológicas del país A. La empresa de tecnología líder del país A, ABC, decide fusionarse con la empresa líder del país B, DEF, e incorpora la nueva empresa, ABEF, en el país B.

El efecto neto de esta acción obligaría al fondo índice antes mencionado a vender todas sus acciones en ABC, porque la empresa ya no encajaría en la tesis de inversión del fondo. En tales casos, las empresas deben examinar el flujo de retorno que se produce como resultado de acciones corporativas para evitar que los precios de las acciones caigan.

El retroceso en ADR ocurre cuando el precio de ADR es más alto que el precio de las acciones ordinarias de la compañía que cotizan en una bolsa cotizada en su mercado local. Los arbitrajistas pueden beneficiarse vendiendo las acciones sobrevaloradas y comprando simultáneamente las acciones infravaloradas.

Relevancia de Flowback

Las fusiones y adquisiciones transfronterizas han aumentado a medida que los mercados globales se vuelven más interconectados y las empresas ven Mylan y Medtronic, así como a la empresa industrial Johnson Controls.

Estos acuerdos no han tenido como resultado un retroceso serio, pero han afectado a los accionistas de la empresa que trasladan su domicilio fiscal a un país extranjero. Bajo las reglas del IRS durante el apogeo del frenesí de inversiones entre 2012-2016, los inversionistas en estas compañías fueron gravados como si hubieran vendido todas sus acciones.

Los ADR y los recibos de depósito de acciones extranjeras para negociar en mercados donde no están domiciliados han aumentado su influencia, creando más oportunidades para el flujo de retorno. Hay más de 2,000 ADR disponibles para su compra.

Ejemplo de Flowback en el mundo real

En 2004, el banco español Santander compró el banco británico Abbey National por 8.500 millones de libras esterlinas en efectivo y acciones. Mientras se realizaba la oferta por la empresa, 14 de los 20 mayores accionistas de Abbey redujeron sus posiciones en un 56%, según el Financial Times. Esta es una presión de venta significativa como resultado de la adquisición, denominada flowback.

Para evitar más reflujos, Santander intentó apaciguar a los accionistas del Reino Unido permitiéndoles recibir dividendos en libras esterlinas. Esto permitió a los tenedores del Reino Unido evitar los costos de convertir los dividendos en euros en libras esterlinas de su país de origen. La adquisición se finalizó a finales de 2004.