19 abril 2021 18:17

Bono de Mortalidad Extrema (EMB)

¿Qué es un bono de mortalidad extrema?

Los eventos como un terremoto, una pandemia o un huracán que provocan una pérdida de vidas a gran escala se denominan eventos de mortalidad extrema. Tales eventos generan una situación de riesgo para las compañías de seguros porque las compañías terminan pagando mucho por una gran cantidad de reclamos de seguros. Para mitigar el riesgo, las aseguradoras titulizan sus pólizas emitidas en forma de bonos llamados bonos de mortalidad extrema (EMB). Se comercializan con un plazo de vencimiento de tres a cinco años, aunque vienen con una condición ligada a eventos extremos. Establece que si la compañía de seguros emisora ​​enfrenta una pérdida debido a la ocurrencia de un evento de mortalidad extrema en particular, es posible que el emisor ya no esté obligado a pagar los intereses o el monto principal, o ambos.

Comprensión de los bonos de mortalidad extrema (EMB)

Esencialmente, los compradores de bonos de mortalidad extrema (OE) pueden perder total o parcialmente su inversión si ocurre un evento de mortalidad extrema. El emisor del OE (compañía de seguros) utiliza ese monto para compensar las pérdidas derivadas del elevado número de reclamaciones de seguros que necesita liquidar. Si no ocurre ningún evento extremo durante el período de inversión, los inversionistas reciben los intereses y el monto principal. La aseguradora paga los altos intereses de las primas de seguros cobradas a los compradores de seguros.

Un ganar-ganar

Los OE ofrecen una situación de beneficio mutuo tanto para el emisor de bonos como para el inversionista de bonos. La empresa emisora ​​mitiga el riesgo de pagos elevados en caso de eventos extremos, mientras que el comprador de bonos se beneficia si no ocurre un desastre. Recientemente, los OE se han mantenido estables, porque los inversores no se han preocupado por la amenaza de eventos extremos de mortalidad causados ​​por amenazas recientes como el brote de ébola de 2014-2016 en África Occidental.

Dado que los bonos de mortalidad extrema no están vinculados al mercado de valores ni a otras condiciones económicas, ofrecen una forma de diversificar. El interés ofrecido por los OE suele ser alto porque los desastres son raros. Algunos OE requieren que la mortalidad de una región específica aumente entre un 20% y un 40% más de lo normal para esa región antes de que los inversores pierdan capital. En los Estados Unidos, eso significaría 500.000 muertes más al año. Eso requeriría un evento de mortalidad importante, como una pandemia a la par con la pandemia de gripe española de 1918, una guerra mundial, la detonación de una bomba nuclear o un evento climático masivo o un ataque terrorista. Solo algunas de las víctimas de tal evento estarían aseguradas por un emisor de un OE determinado, lo que reduciría aún más el riesgo para los inversores.

Los inversores se benefician de los altos rendimientos de un OE si todo va bien, pero también corren el riesgo de perder capital e intereses si ocurre un desastre. Los inversores agregan OE a sus carteras en porciones limitadas para beneficiarse de la diversificación.