19 abril 2021 18:13

Política expansiva

¿Qué es una política expansiva?

La política expansiva o laxa es una forma de política macroeconómica que busca fomentar el crecimiento económico. La política expansiva puede consistir en política monetaria o política fiscal (o una combinación de las dos). Es parte de la prescripción de política general de la economía keynesiana, que se utilizará durante las desaceleraciones y recesiones económicas con el fin de moderar el lado negativo de los ciclos económicos.

Conclusiones clave

  • La política expansiva busca estimular una economía impulsando la demanda mediante estímulos monetarios y fiscales.
  • La política expansiva tiene como objetivo prevenir o moderar las recesiones y recesiones económicas.
  • Aunque popular, la política expansiva puede implicar costos y riesgos significativos, incluidos problemas macroeconómicos, microeconómicos y de economía política.

Comprensión de la política expansiva

El objetivo básico de la política expansiva es impulsar la demanda agregada para compensar el déficit de la demanda privada. Se basa en las ideas de la economía keynesiana, en particular la idea de que la principal causa de las recesiones es una deficiencia en la demanda agregada. La política expansiva tiene como objetivo impulsar la inversión empresarial y el gasto de los consumidores inyectando dinero en la economía, ya sea a través de un gasto público deficitario directo o un aumento de los préstamos a empresas y consumidores.

Desde una perspectiva de política fiscal, el gobierno promulga políticas expansivas a través de herramientas presupuestarias que brindan a las personas más dinero. Aumentar el gasto y reducir los impuestos para producir déficits presupuestarios significa que el gobierno está invirtiendo más dinero en la economía del que está sacando. La política fiscal expansiva incluye recortes de impuestos, transferencias de pagos, reembolsos y aumento del gasto público en proyectos como mejoras de infraestructura.

Por ejemplo, puede aumentar el gasto público discrecional, infundiendo a la economía más dinero a través de contratos gubernamentales. Además, puede recortar impuestos y dejar una mayor cantidad de dinero en manos de las personas que luego pasan a gastar e invertir.

La política monetaria expansiva funciona expandiendo la oferta monetaria más rápido de lo habitual o reduciendo las tasas de interés a corto plazo. Es promulgado por los bancos centrales y se produce a través de operaciones de mercado abierto, requisitos de reserva y fijación de tasas de interés. La Reserva Federal de EE. UU. Emplea políticas expansivas siempre que reduce la tasa de referencia de los fondos federales o la tasa de descuento, disminuye las reservas requeridas para los bancos o compra bonos del Tesoro en el mercado abierto. La flexibilización cuantitativa, o QE, es otra forma de política monetaria expansiva.



El 27 de agosto de 2020, la Reserva Federal anunció que ya no aumentará las tasas de interés debido a que el desempleo cae por debajo de cierto nivel si la inflación se mantiene baja. También cambió su meta de inflación a un promedio, lo que significa que permitirá que la inflación suba algo por encima de su meta del 2% para compensar los períodos en los que estuvo por debajo del 2%.

Por ejemplo, cuando se reduce la tasa de referencia de los fondos federales, el costo de pedir prestado al banco central disminuye, lo que brinda a los bancos un mayor acceso a efectivo que se puede prestar en el mercado. Cuando los requisitos de reserva disminuyen, los bancos pueden prestar una mayor proporción de su capital a consumidores y empresas. Cuando el banco central compra instrumentos de deuda, inyecta capital directamente a la economía.

Los riesgos de la política monetaria expansiva

La política expansiva es una herramienta popular para gestionar los períodos de bajo crecimiento en el ciclo económico, pero también conlleva riesgos. Estos riesgos incluyen cuestiones macroeconómicas, microeconómicas y de economía política.

Medir cuándo emprender una política expansiva, cuánto hacer y cuándo detenerse requiere un análisis sofisticado e implica incertidumbres sustanciales. Expandirse demasiado puede causar efectos secundarios como una inflación alta o una economía sobrecalentada. También hay un lapso de tiempo entre el momento en que se realiza un movimiento de política y el momento en que se abre paso en la economía.

Esto hace que el análisis al minuto sea casi imposible, incluso para los economistas más experimentados. Los banqueros centrales y legisladores prudentes deben saber cuándo detener el crecimiento de la oferta monetaria o incluso revertir el curso y cambiar a una política contractiva, lo que implicaría tomar los pasos opuestos de la política expansiva, como aumentar las tasas de interés.

Incluso en condiciones ideales, las políticas fiscales y monetarias expansivas corren el riesgo de crear distorsiones microeconómicas en la economía. Los modelos económicos simples a menudo describen los efectos de la política expansiva como neutrales a la estructura de la economía, como si el dinero inyectado en la economía se distribuyera uniforme e instantáneamente en toda la economía.

En la práctica, tanto la política monetaria como la fiscal operan distribuyendo dinero nuevo a personas, empresas e industrias específicas que luego gastan y distribuyen el dinero nuevo al resto de la economía. En lugar de impulsar de manera uniforme la demanda agregada, esto significa que la política expansiva siempre implica una transferencia efectiva de poder adquisitivo y riqueza de los receptores anteriores a los receptores posteriores del nuevo dinero.

Además, como cualquier política gubernamental, una política expansiva es potencialmente vulnerable a problemas de información e incentivos. La distribución del dinero inyectado por la política expansiva en la economía, obviamente, puede involucrar consideraciones políticas. Problemas tales como la búsqueda de rentas y los problemas entre el principal y el agente surgen fácilmente cuando están disponibles grandes sumas de dinero público. Y por definición, la política expansiva, ya sea fiscal o monetaria, implica la distribución de grandes sumas de dinero público.

Ejemplos de política expansiva

Un ejemplo importante de política expansiva es la respuesta a la Ley de Recuperación y Reinversión de Estados Unidos y múltiples rondas de flexibilización cuantitativa por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos. Los legisladores estadounidenses gastaron y prestaron billones de dólares a la economía estadounidense para apoyar la demanda agregada interna y apuntalar el sistema financiero.

En un ejemplo más reciente, la caída de los precios del petróleo desde 2014 hasta el segundo trimestre de 2016 provocó la desaceleración de muchas economías. Canadá se vio especialmente afectado en el primer semestre de 2016, con casi un tercio de toda su economía basada en el sector energético. Esto hizo que las ganancias de los bancos cayeran, haciendo que los bancos canadienses fueran vulnerables a la quiebra.

Para combatir estos bajos precios del petróleo, Canadá promulgó una política monetaria expansiva al reducir las tasas de interés dentro del país. La política expansiva tenía como objetivo impulsar el crecimiento económico a nivel nacional. Sin embargo, la política también significó una disminución en los márgenes de interés neto para los bancos canadienses, reduciendo las ganancias bancarias.